
Dénselo todo, y acabemos ya
Como PSOE y PP son incapaces de acordar nada entre ellos no tienen más remedio que fiar sus opciones al apoyo de las fuerzas soberanistas o separatistas
Los populares desearían hablar de la investidura con Junts porque, según González Pons, vicepresidente del PP, “es un grupo parlamentario que al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, las que fueran, llevaran a cabo, representan a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda.” Junts ha pasado así de ser una fuerza golpista a un partido respetable. ¿Qué no estarían dispuestos los populares a concederles a cambio de esos cuatro diputados que les faltan, si no fuera porque la presencia de Vox desbarata todas las opciones, tanto con Junts o como con el deseado PNV? Mientras tanto, Pedro Sánchez se dispone a conceder la amnistía a Carles Puigdemont por pura necesidad, que no por convicción, pues de lo contrario ya lo habría hecho en la pasada legislatura. En definitiva, como PSOE y PP son incapaces de acordar nada entre ellos no tienen más remedio que fiar sus opciones de investidura al apoyo de las fuerzas soberanistas o separatistas. Y lo que ayer se decía que era imposible, como la amnistía, ahora ya no lo es, y se prepara el argumentario para justificarlo como un “bálsamo o alivio por las penas del procés” y la mejor manera para solucionar un problema de delincuencia política. La amnistía no llegará como resultado de un proceso de reconciliación entre las partes, con el separatismo haciendo algún acto contrición por sus tropelías, sino fruto del chantaje para obtener una investidura.
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